§ Capitulo Primero: Sara
Ella tenia 15 años, igual que yo, se llamaba Sara y había llegado a la institución 2 años atrás…
… los 15 años para la mayoría de las niñas es una fecha con mucho significado, menos para ella. Cuando llego a la institución, al curso donde me encontraba, no cruzo palabra con nadie, incluso intenté acercarme varias veces, pero me fue imposible; Sara era una niña de estatura media, cabello negro y liso, ojos de color azul, algo que llamaba mucho la atención por ser poco común; después de un tiempo ella empezó a hablar solo con un chico de nuestro curso, nunca me pareció muy sociable, Su nombre: Eric y no gozaba de buena reputación debido a su forma de vestir, solo le gustaba la ropa de color negro y gris, su casillero estaba pintado con rayas negras sobre el color gris común a los demás casilleros, sus libros y cuadernos estaban forrados como libros antiguos y su maleta tenia forma de lápida con la inscripción de R.I.P., además era de tez pálida, cosa que espantaba a muchas personas.
Eric era la única persona en todo el colegio que hablaba con Sara, tanto así que a los pocos días que empezaron a conocerse, ella se comportaba de forma muy parecida a él, cambio su el color de su guardarropa a negro y púrpura, su maleta en forma de ataúd, sus libros y casillero se convirtieron en una copia fiel de una biblioteca en ruinas; aunque al parecer esto no era del todo nuevo para ella, pues la impresión que tuve de ella al principio, una chica normal un poco tímida; a pesar del cambio, mis ánimos de hablar con ella no se fueron, así que decidí que me acercaría a ella despacio hasta crear la confianza necesaria como para que nos llamáramos amigas, pero aun así nunca logre hablar bien con ella hasta ese día.
Es interesante pensar que algo tan efímero y banal como una fiesta, podría cambiarnos la vida tan radicalmente; Sara me había comentado, en una de nuestras cortas charlas, que su mamá quería realizar una fiesta para celebrar sus 15 años, según ella, su madre le enviaría una invitación a cada niño y niña del colegio donde estudiábamos, situación que a ella le desagradaba bastante.
Días después de esa conversación, a mi casa llegó una invitación, el papel de color blanco con letras plateadas y borde azul; definitivamente hechas por su mamá, en ellas los datos: hora, fecha, lugar, tipo de traje y regalos (lluvia de sobres). Dedique tiempo considerable en realizar a mano un sobre decente y me esforcé por conseguir el dinero que fuera adecuado a esta ocasión.
Mi mamá consideraba que Sara era una chica incomprendida a la que le faltaba amor y cariño, así que me dio el permiso para asistir a la reunión con toda la confianza; lo mismo no ocurría con las mamás de algunas de mis amigas y compañeras, pero poco a poco todas logramos conseguir los permisos.
La tarde de la fiesta, todas mis amigas y yo nos reunimos para ayudarnos una a otras con el arreglo del pelo, maquillaje y vestidos; estábamos dispuestas a conseguir pareja en medio de la fiesta, cosa que me parecía poco probable pues dudaba que fuera mucha gente, aún así no comente al respecto. Un par de carros pasaron para recogernos, luego de un rato llegamos al salón de recepciones donde se realizaría la fiesta. Al entrar, realmente me sorprendí de la afluencia, en los que figuraban hasta profesores; y eso que habíamos llegado realmente temprano. Una hora más tarde de nuestro arribo, la totalidad de los invitados estaban allí y ocupaban sus respectivos lugares en espera que la chica del cumpleaños llegara para dar comienzo oficial a la reunión. Unos minutos de espera… y Sara entrón en el gran salón, seguida por un par de jóvenes, de los cuales logré reconocer a uno, Eric; el otro me era desconocido pero por el parecido físico con Sara, pensé era su hermano, aunque eso aun no lo se.
Sara tenía un vestido muy elaborado, en color rosa pálido (verdaderamente no le favorecía y su madre no pareció darse cuenta); me acerqué a ella cuando terminó su presentación formal, un baile corto y cambio de zapatillas a zapatos de tacón; le pregunte como estaba, ella respondió que no importaba, pues se iba a escapar de la fiesta al rato. Poco tiempo después cuando el ambiente estaba bastante movido, ella desapareció al igual que los chicos que la acompañaban inicialmente, poco después se sirvió la cena y se repartió el pastel.
Pasada la media noche, cuando la fiesta estaba en su punto mas alegre, un corto de luz generó una llamarada de fuego, que no solo quemó rápidamente la pared, además de uno que otro parlante y las cortinas de la decoración, el accidente nos tomo desprevenidos, pero logramos salir ilesos.
Unos momentos mas tarde las llamas devoraban el edificio y todos… bueno casi todos exceptuando a Sara, Eric y el otro chico, los cuales no volvimos a ver… desde fuera reunidos, observábamos la escena.
Al día siguiente todos llegamos a nuestras casas, seguimos las clases y evitamos de hablar de aquella reunión fatídica.
… Solo me arrepiento no haberla conocido bien, a mi parecer era una niña, con mucho para dar… y nunca pude llegar a conocerla a fondo, que lástima, como me hubiera gustado conocerla mejor… Ella no merecía un final así.
§ Capitulo Segundo: La Huída
El vestido es realmente incomodo para mi. Eric y Franc corren igual que yo, estoy cansada y solo espero poder llegar a casa, recoger mis cosas, para escapar y nunca volver a este lugar.
-Sara, no te quedes! –
Eric se da vuelta y me recuerda que debo seguir corriendo, no puedo más, pero si quiero ser feliz debo hacerlo, tomo aire y sigo, pero antes rompo la pomposa falda de mi vestido rosado, que por cierto detesté, Eric y Franc me ayudan a quitarme los faldones hasta que quedo con una pequeña falda y la parte de arriba del vestido, el resto ya no me sirve; sigo corriendo por un camino largo, extenuante… por un pequeño bosque que rodea aquel salón de reuniones donde se realizaba la fiesta, y después de un rato llegamos al auto de Franc, ya que es el único con edad para conducir y licencia. Entramos y encendió el motor del auto,
- Chicos, según el horario ya debieron repartir el pastel -
Eric me dio un beso a modo de celebración, y Franc empezó a bailar en su asiento, yo casi lloro, lo habíamos logrado; mi madre no me había buscado para partir la torta y si todo salía de acuerdo al plan, todos morirían de un ataque cardiaco ocasionado por el veneno que se hallaba en el pastel… por fin sería completamente libre!
- ¡¿bueno, pero no nos vamos a quedar acá parados como tontos, o si?! -
- No Franc, arranca ya! -
- Lo que mandé la cumpleañera Sara -
Eso me hubiera molestado si no me sintiera tan contenta, el auto dio marcha y me recosté contra Eric, quien me abrazo suavemente, deje que mi mente volviera al baile y viera el momento en que el pastel era servido y como lentamente todos caían al suelo por efecto del veneno, y luego volví al momento de la huída, recordé cada momento de ese día con lujo de detalles, cada casa y entre eso recordé a esa niña llamada Melissa, la única chica amable del colegio, sentí lástima por ella, pero espero que este mejor de lo que estaba o por lo menos que se encuentre bien. Llegamos a casa, recogí mis cosas al igual de Eric y Franc, las teníamos listas desde antes; las metimos en el carro y partimos, con un camino largo por recorrer…me quede dormida en los brazos de Eric.
A la mañana siguiente me desperté en el carro mientras este se parqueaba frente a un café; la idea era comer algo y luego volver al viaje que nos aguardaba, yo conduciría mientras Franc descansa, ya que lo que viene es una carretera desolada, no importa si tengo licencia o no.
Mientras tomábamos café en la tienda donde estábamos, la camarera colocó las noticias locales en el televisor, allí ví la noticia sobre el salón de eventos de mi cumpleaños, informando de un asesinato colectivo y un posterior incendio, ningún cadáver se podría reconocer, además que toda la evidencia de la escena se había borrado, sentí alegría,
- Chicos, miren nuestra Obra de arte - Susurro
Casi no logró que me prestarán atención, por que no podía hablar fuerte; Eric y Franc se rieron por lo bajo y luego me aclararon que el incendio no era obra de ellos, pero que aun así era obvio que el incendio había sido provocado por un corto, ya que no sería el primer ni el ultimo incidente de ese estilo.
Tomé el café con calma, nos subimos al carro y seguimos el camino para nunca volver…
Tomoyo
Slytherin