Ahhhhhhhh!! Preciso se tenía que trabar el computador, que novedad, para que pero la ley de Murphy es infalible, y el estrés nunca termina. Que la entrevista, que el cubrimiento, que la primera plana y mi adorado jefe, que estoy segura fue entrenado en un campo de concentración, es que sólo falta mirarlo para entender que esta en ese puesto por palanca.
Barriga cervecera que le cuelga sobre las piernas, la nuca que siempre le suda solo por el hecho de respirar, esas tirantas de color rojas que pretenden sostener ese pobre y flácido pantalón (que de seguro tiene desde el día de su boda) y que jamás cumple su cometido y que cada vez que se agacha o gira, deja a relucir su enorme trasero y hasta su pelaje Iac!!
Mi vecino de escritorio, me mira fijamente como siempre y me recuerda la invitación que me ha hecho hace poco a jugar bolos, a la cual nunca iré, miró sobre la mesa otra de sus invitaciones o tarjetas, ya no notó la diferencia, la abro y leo que me dice muchas cosas dulces y otras cursis, dentro de ellas el hermoso lunar que tengo al lado derecho sobre mi labio y que lo “eclipsa todas las noches”, por favor!!!
Miro de nuevo rápidamente a mi jefe en caso de que me este diciendo algo y yo no le haya puesto atención. “Ah ver señorita Colt, ¿fue que ya termino su artículo, que me esta mirando con tanto detalle?, ¿Es que se le perdió uno igualito a mi? Tranquila que siempre estoy aquí, esperándola a que a usted SE LE DE LA GANA DE ENTREGARME SU ESCRITO!!!”
Me atraganto con mi propia respiración del sobresalto, por que fue en ese momento en que mi mente iba divagando y me veía a mi misma clavándole, el lápiz que tenía sobre mi oreja derecha en ese cuello tierno y frágil de puerco que tiene, mientras la sangre se derramaba por mi mano y yo lo contemplaba, bajando lentamente hacia el piso con los ojos totalmente desorbitados, sin aire, sin respiración, sin pálpito, sin llorar, sin vida.
“Ya estoy terminando jefe, no se preocupe” Respondo con mi mejor sonrisa, ya que siempre he sido una pacifista y no creo en la violencia, ya que hasta la bestia mas salvaje siempre se le domina con tranquilidad. Me asusto de mi misma cada vez que pasan esas ideas de estrangular a mi jefe, es como si no fueran pensamientos míos, es como si algo me poseyera por instantes. Más bien de vuelta al trabajo que ya me estoy hablando sola.
Escribo tan rápido como puedo, es que hay tanto que decir y tampoco espacio en el periódico, como me gustaría trabajar en televisión, tener mi programa y decir lo que pienso, allá también le cortan el tiempo a uno, pero al menos la conversación es más amena con el entrevistado, que estar frente a esta hoja en blanco que a veces me paraliza.
Hey!!! Concentración de vuelta al trabajo que sólo faltan dos párrafos. Entonces.. como se constato con los habitantes de la zona… bla bla bla… uhmm… fueron 3 los muertos, entre ellos … y siguen en la busqueda. Termine. “Jefe!! Le envió me escrito”. “Ya iba siendo hora señorita Cole”
Aprovechando que cae la tarde y que he terminado, puedo irme rápido a casa o aprovechar el atardecer. A veces me encuentro a mi misma mirando por la ventana, buscando respuestas en algo lejano, que me falta, que no me deja estar completa, que me llena la cabeza de cosas, de rabia, de estrés, ahhhno quiero pensar. Mejor me voy a bañarme y de pronto salir en la noche, me dirijo hacia al ascensor, pero de repente me volteo, siento como si algo me llamará desde lo lejos, me voy a casa mejor, el cansancio me esta matando.
“Señorita Cole, venga un segundo”. Lo miró por encima del hombro con cara de pocos amigos y una sonrisa en los labios al final “Si jefe”. “Señorita, no es de mi gusto, pero pues Recursos Humanos me obliga, entonces recuerde que a partir de hoy esta de vacaciones, ¿recuerda que “dizque” nos colaboro con el cubrimiento nocturno del otro día, en la zona roja?, pues la compañía les ofrece 15 días de vacaciones y además teniendo en cuenta que lleva 10 años con nosotros, le mandan decir que la prima de este año es una viaje a Asía”.
“Jefe ¿es en serio?” lo miró con incredulidad, además como nos trata no creo que esto sea gratis. “Si señorita es en serio, pero como yo siempre he pensado que eso de las vacaciones es una pérdida de tiempo, ya que uno jamás puede descansar de la vida, sino hasta la muerte. Entonces usted tiene una tarea especial por allá”
“Se me ponía jefe, digo que hay que hacer”. “Pues verá señorita Cole, se dice que hay una zona en las Filipinas donde a las personas que se encuentra haciendo crímenes contra la vida de las personas, se les tortura hasta que piden ser asesinadas para evitar el dolor. Por tanto, necesito que vaya cual turista, traiga fotos y la noticia en exclusiva. Pueda que esta llegue a ser la única oportunidad que se le presente de hacer algo más que escribir esas patéticas historias que suele hacer día a día“
“Claro señor” muevo la cabeza en señal de aprobación pero mi mente piensa en otras cosas, que no suelo y prefiero no pensar. “Jefe todo va a estar pagado, estadía, comidas y transporte, ¿verdad?” Él asiente y se aleja, mirándome como la peor basura que ve en su vida. Que lindo, vacaciones obligadas y con más trabajo y ni mencionemos los peligros, ¿así o mas perfecta es mi vida? Entró al ascensor me recuesto en la pared, ahhh quiero descansar.
Todo esta oscuro a lo lejos escucho el grito de una mujer que se acerca hasta golpearme la cara. Despierto y me siento en un solo movimiento, no puedo respirar y siento como si me ahorcaran. Ya es de día, miró el reloj son las 6am y el vuelo sale a las 9, si toca estar como dos horas antes. Dios se me hizo tarde.
Corro a toda velocidad miró una y otra vez los papeles de mi viaje, el pasaporte y demás cosas, corro al aeropuerto y tomo por fin el vuelo a mis “vacaciones”. Estoy en la silla del pasillo y a mi lado se sienta un hombre muy apuesto, será que viene solo, pienso en hablarle pero de repente él se levanta y grita “mi amor, ¿quedaste bien en esa silla?” ah por Dios, ahora que me va a cagar un pájaro o que, por que nada me sale como quiero.
Me pongo los audífonos y trato de dormir el trayecto es largo, cuando de repente siento algo que me cae encima. “Señorita discúlpeme, perdóneme, no fue mi intención”, dice la azafata y cuando me fijo, veo que ha derramado una jarra entera de un liquido rojo de dudosa procedencia en mi ropa, de color beige, que bueno que no creo en la violencia. Me prestan un saco, me cambio y espero que todo sea mejor al llegar.
Ya han pasado 4 días desde que estoy tras la pista de la historia, un guía me dice, que es difícil ver estos casos por que se hacen a escondidas. Caminamos mucho, viajamos mucho en buses, hablamos con muchas personas, pero no veo ningún progreso, pienso a veces que los 15 días no serán suficientes, pero igual creo que todo va más allá, de hecho los lugares me resultan conocidos, familiares, como si hubiera estado aquí antes, hasta siento como si la gente me reconociera, no sé si es mi paranoia pero parece que hasta algunos huyeran de mi.
Han pasado otros dos días y mientras leo mis notas, siento que alguien me susurra al oído: “No voltee, ya sabemos quien es y a que viene. Si quiere conocer de que se trata la tortura, debe asegurar que dirá todo lo que le digamos y no podrá cambiar lo que le es” Yo de inmediato acepto, me ponen una capucha, exijo siempre que lleven a mi interprete y él como un hombre valiente de su casta, acepta acompañarme.
Viajamos durante horas que parecieron días, el aire se vuelve más pesado y más denso, más caliente. Al fin nos detenemos, nos bajan y me dejan empezar a tomar fotos de personas (o al menos eso creo que eran), que se ven temerosas y miran de soslayo y algunos se alejan de mi, como si me conocieran como si me tuvieran miedo.
Puedo ver sus huesos completos, están muy delgados, los han rapado, quemado y hasta castrado, puedo sentir el olor a sangre sobre la tierra, algunos tienen lágrimas en su rostro, pero no imitan sonido, no gimen, no gritan a pesar de los latigazos, sólo veo sus lágrimas que resbalan por sus mejillas.
Me advierten que no debo tocarlos, sólo tomar fotos y nada más, me dicen que quieren que estas fotos sirvan de ejemplo, para todo aquel que quiera hacerles daño, que ninguno debe intentarlo, por que estos serán sus castigos y seguirán hasta que pase una de dos cosas: Mueran por si mismos debido al maltrato o pidan ser asesinados.
Pregunto que han hecho para estar aquí y me dicen que no les sienta compasión, que si están ahí es por que lo merecen, por que ellos saben que los occidentales jamás los castigaran como se debe. Me cuentan que son violadores, drogadictos que inducen a niños, asesinos y asesinas de bebes, de niños y de adultos, la escoria de la comunidad, que todos quieren ver muertos, por eso están aquí.
Al fondo veo a una mujer como de mi edad, que esta desnuda y sucia muy sucia con heridas en todo su cuerpo, cortadas profundas en todas sus extremidades. Esta amarrada tanto de manos, de pies como de cabeza, por el cuello y esta acostada sobre el piso, mirando hacia el cielo, talvez esperando por una redención que no llega.
Me dicen que no me le acerque, que tiene una lengua que envenena. Ella mató a mas de 200 hombres, 50 niños y 30 bebes, se dice que lo hizo por gusto, sin remordimiento. No hago caso y me acerco, tiene el cabello negro como era el mío antes de pintármelo, alcanzo a ver sus ojos entre el cabello, veo como las moscas se van metiendo en sus heridas, como se meten en sus ojos, pero ella no se inmuta, no hace nada, no lucha, es como si de verdad no sintiera nada.
Trato de acércame lo más que puedo y lo más que me permiten, estoy sobre su cuerpo tomando estas fotos como si fuera un animalito de mostrar, el olor a sangre es penetrante y hasta algunas partes parecen presentar los primeros signos de gangrena. Me acerco a la cabeza, ella la gira para mirarme, me parecen segundos cuando veo caer el cabello de su cara al piso y hay es donde lo descubro todo.
Todos se alejan de nosotras mirándonos impresionados, estupefactos, pero al mismo tiempo preocupados. Mi intérprete me comenta que ellos quieren saber si la conozco, no entienden por que somos iguales. Me siento como si el aire me faltara y siento como desfallecer, me dejo caer sobre el piso y la miro y no entiendo, ella me sigue con la mirada.
Con lo poco que le queda de su lengua me dice: “Hola Alice, sabia que al fin vendrías”. Me echo para atrás estupefacta un escalofrío me recorre el cuerpo, tengo ganas de vomitar. Ella sabe mi nombre. Yo de inmediato, pido, ruego y suplico que me dejen hablar a solas con ella, mientras mi intérprete les explica que somos gemelas (eso es lo que ella grita sin cesar), tenemos algunas diferencias poco notorias, pero que yo no soy como ella, ni siquiera tiene el lunar que tengo sobre el labio.
Ahora esa es la pregunta ¿Cómo pudo ella llegar hasta aquí?, ¿Qué tanto mal pudo haber hecho para llegar ahí? Y ahora yo ¿Qué puedo hacer?, si interfiero puedo dañar la investigación y podrían acusarme de colaborarle y me encerrarían o castigarían igual y si no hago nada ella muere.
Al fin los hombres que la cuidan ceden a dejarme hablar con ella, pero la ponen en una tabla donde sigue igual de atada, nos llevan a un cuarto subterráneo oscuro y tenebroso. Ella comienza a contarme como nuestros mundos se separaron al nacer y como ella lleva tanto tiempo buscando a su familia y como todo es simplemente una confusión.
Yo ya no se que creer, a mi espalda se abre la puerta por la que entramos, creo que nuestro tiempo se ha acabado y el tiempo de ella esta cerca. De repente la miro y observo como una sonrisa amplia y macabra se estira sobre su cara, a la habitación entra un hombre, ella sonríe una y otra vez, el hombre cierra la puerta. NO, NO, NO, nooooooooooooooooooooooooooo!!!
“Señorita Cole, ya es hora, ya ha madrugado y por más que quiera ayudarla, ella ya no esta en disposición de pedir nada, la justicia occidental aquí no hace nada y lo único que lograría sería que la torturen a usted también, yo sólo soy un interprete y debo volver con usted, por favor despídase”
“Si yo sé, perdóname. No puedo dejar de sentirme impotente, me duele mucho, ya me despido” Mi hermanita, te quiero tanto, perdóname por no hacer más, siempre te recordaré, me miras con esos ojos tan grandes y tan amplios, déjame susurrarte algo: “Gracias Alice, sin ti esto no hubiera sido posible y recuerda uno nunca debe confiar en nadie y tranquila al dolor uno se acostumbra, te lo dice quien estuvo aquí por tanto tiempo”
En ese momento, ella me esboza una inmensa sonrisa, y yo tengo una mordaza que no me deja gritar que ella es la asesina, yo no, ella me engaño, al moverme tanto me vuelven a golpear y duele demasiado, no creo que pueda soportarlo.
Mi hermana me regala su última gran sonrisa y al voltearse rompe en llanto, así culmina mi vida, tú vida, nuestra vida de gemelas.
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